Inteligencia Narrativa

6 errores que cometes cuando escribes fantasía

05/04/2017
escribir fantasía

El género fantástico, a grandes rasgos, se caracteriza por la presencia de elementos que rompen con toda lógica y realidad preestablecida. Está presente en la literatura, cinematografía, videojuegos, cómics, juegos de rol, etc. Se podría decir, de hecho, que escribir fantasía es uno de los géneros más antiguos, remontándose su origen a la mitología y a las leyendas y, por qué no decirlo, uno de los más populares. Pero cuando algo se hace tan popular, se explota en todos los formatos posibles. Entonces, es inevitable que alguna que otra historia salga mal. Muy mal. Y así se originen una serie de errores al escribir fantasía que le restan veracidad y coherencia al mundo creado.

Tu mundo fantástico debe ser coherente dentro del universo que has creado

Estos defectos habitualmente presentes en el género fantástico, hacen referencia más bien a mundos que abogan por el realismo dentro de la propia fantasía. Universos que nos muestran un mundo lleno de imposibles, pero sin perder ese cariz tan real y cercano. Es en este terreno cuando el riesgo es mayor y, muchas veces, metemos la pata cuando nos pasamos de literales. Estos son algunos de los errores más comunes que se cometen al escribir fantasía.

1. No sabes enfocar la inmortalidad en un personaje

Me sorprende la cantidad de novelas, películas y series de gran éxito que cometen este error. Un fallo que delata falta de interés y desconocimiento sobre la construcción de personajes. Por no decir que todo gira en base a un tópico infantil y que únicamente desarrollan mal aquellos autores que no tienen imaginación suficiente como para ver más allá de lo evidente. Me refiero a esos personajes inmortales, con miles de años de edad, que son más tontos que una piedra.

«Tengo más de quinientos años, pero el argumento de este preadolescente es muy convincente»

Imaginad al villano vampiro que tiene 1.666 años y ha estado presente en los grandes acontecimientos históricos, ha conocido personalmente a muchas de las grandes figuras que cambiaron el curso de la humanidad y ha leído bibliotecas enteras en su inabarcable existencia. Imaginad la mente de una criatura así… Pues bueno, no será muy inteligente cuando el héroe de 17 años encuentra la forma de clavarle una estaca en el corazón. ¿En 1.666 años no se le ha ocurrido la idea de ponerse una coraza? ¿Quizá cerrar la puerta de la cripta con llave antes de dormir? ¿Por qué iba a enfrentarse directamente al héroe que porta la única espada capaz de matarle?

Es exasperante encontrarse a este tipo de personajes. Es uno de los errores presentes en la fantasía. Y luego están aquellos que tienen años de más, pero como si no. Como cierto “vampiro” de 115 años cuya única motivación en la vida es echarse novia. No es que sea un personaje bidimensional, es que su propia existencia es inconsecuente. Una persona de esa edad, con sus capacidades mentales intactas, como se suele representar en la mayoría de casos, tendría aspiraciones de leyenda y sus ambiciones solo podrían equipararse con el hecho de ser inmortal.

Como suele decirse: “Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo“. Y por eso conviene tener este refrán muy presente cuando confeccionamos personajes tan longevos. No tienen que ser necesariamente vampiros. Pueden ser elfos, Nicolas Flamel o un cyborg del hiperespacio (sí, la ciencia ficción también sufre de inmortalitis estupidis). Sea cual sea tu personaje inmortal, haz que sea consecuente con su edad.

2. Todo lo que no tiene sentido lo hizo un mago

En todo mundo de fantasía que se precie, hay una buena dosis de magia. Pero este hecho no es incompatible con la coherencia interna ni con el trasfondo del universo. Incluso en mundos tan absurdos como el Mundodisco, de Terry Pratchett, donde la tierra es plana y la soportan cuatro elefantes sobre una tortuga, incluso ahí, la magia tiene coherencia. Es absurda, impredecible y, a veces, incluso cómica. Pero siempre es realista y coherente con las leyes físicas de ese universo.

No puedes pretender diseñar un mundo donde toda la gente viaja a caballo, pero los magos y alquimistas pueden teletransportarse con la misma facilidad con la que fríen un huevo. Lo peor es cuando en una escena el mago sale de su casa, coge un caballo y va al mercado de la villa. Y en otra escena se teletransporta y va al país vecino a avisar al rey de una amenaza inminente. Un portento así se explotaría y se comercializaría. Es como si en nuestro mundo algunos viajásemos en burro y otros en ferrari. Otro de los clásicos errores al escribir fantasía.

¡Hóquiti Póquiti…!

Si tu mundo tiene magia, debes justificar por qué esa capacidad es exclusiva de ciertas personas. Y, más importante aún, por qué el mundo no se está beneficiando de ella a niveles industriales ¿o quizá sí lo está haciendo? Un ejemplo maravilloso es el mundo de Terramar, de Ursula K. LeGuin o la Crónica del asesino de reyes, de Patrick Rothfuss. En ambos universos existe la magia, pero su implicación en el mundo y el uso de la misma está regulado de un modo soberbio por los autores.

3. La gente pájaro que vino de los árboles

En algunos mundos de fantasía, Darwin se habría suicidado. Mundos donde una raza de hombres perro convive con los elfos. Osos parlantes, trolls gigantes y gnomos se van de picnic al bosque los domingos o donde una raza de hombres pájaro, hombres lagarto, hadas, vampiros y duendes viven en armonía y van juntos de compras al mercado. Incoherencias evolutivas de aúpa, que miren como se miren, son un completo despropósito creativo.

Esto, en un juego de rol como Dungeons & Dragons es permisible. Porque la esencia misma del propio juego es eso: explotar la imaginación y buscar la diversidad entre los personajes. No importa que sea incoherente que en un grupo de cinco personas todos sean de especies distintas. Pero una novela no es un juego de rol. El objetivo y el propósito de la misma es muy distinto.

Una raza inteligente, como nosotros lo entendemos, no es lo mismo que una raza de fantasía. Una persona asiática y una caucásica son de razas distintas, pero si hablamos de elfos, orcos, duendes, gnomos, hadas, etc., estamos hablando de especies. Es común referirse a ellos como razas, del mismo modo que es común hablar de etnias cuando hablamos nosotros de razas. En cualquier caso, una raza de fantasía no tiene nada que ver, pero ni de lejos, con nuestro concepto de raza.

Nosotros, como seres humanos, derivamos todos de la misma línea evolutiva, da igual el color de tu piel o tus rasgos. Somos de la misma especie. Ahora, un ogro y un enano, refiriéndome al típico que todos conocemos, tienen en común lo mismo que la especie humana y las palomas: básicamente nada. Y ahí reside el problema de muchos autores que, ignorando esto, se piensan que un humano y un gigante de hielo son primos lejanos. Esto ocasiona resultados tan absurdos como continentes del tamaño de Australia con más de cincuenta razas dominantes distintas.

En El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien, cada raza tiene su propia línea evolutiva o tiene un origen mágico bien resuelto. Los orcos, por ejemplo, son una perversión mágica de los elfos, de ahí que tengan rasgos comunes como las orejas puntiagudas. Los enanos tienen más cercanía con los humanos de la que querrían admitir. Y los hobbits cuentan con su propio linaje y curso evolutivo. Todas las razas de la Tierra Media tienen un propósito y son el resultado de un elaborado y premeditado trasfondo.

Si quieres que en tu mundo de fantasía existan razas originales, empieza por el principio y pregúntate: ¿cómo ha llegado esta especie hasta aquí?

Quizá, en los albores del mundo, el primer Homo erectus tomó dos rumbos evolutivos tras una era glacial. Uno de ellos desarrolló características anfibias para sobrevivir en un ambiente pantanoso, mientras el otro se amoldó a un páramo helado y desarrollaron un denso pelaje. Un millón de años después, el resultado es una raza de hombres yeti y una raza de hombres anfibio. Darwin approves.

Lo que no puedes pretender es que dos o más especies dominantes y totalmente diferentes hayan convivido en un mismo territorio como si nada. Deja tiempo para que la evolución haga su trabajo. Unos cuantos miles de millones de años es lo mínimo que necesita una especie para llegar a formar una civilización propia. Llamar “raza antigua” a un puñado de hombres gato porque aparecieron hace doscientos años y bajaron de los árboles, es tan ridículo como pensar que América la colonizaron unos hombres pez que salieron del mar.

No incluyas razas en tu mundo sin pensar en el factor evolutivo. No lo hagas. En serio, no. No cometas estos errores al escribir fantasía. Los mundos fantásticos no son cónclaves intergalácticos donde conviven especies alienígenas en perfecto equilibrio. Eso no es una novela de fantasía: es un episodio de Rick y Morty.

4. Crees que todos hablan una lengua universal

Solo hay algo peor que una novela donde razas fantásticas desubicadas se relacionan entre sí: que todas hablen el mismo idioma. ¿Suena absurdo, verdad? El hombre lagarto hablando perfecto latín, el kobold políglota o esa especie de seres pulpo que no tienen boca, pero pueden hacer un trabalenguas de corrido en inglés. Aunque no lo creas, esto es verídico, leído de una novela real. Sí, de esas que hay en las estanterías y se venden. Este es otro de los típicos errores al escribir fantasía.

«Me saqué el B1 de orco en la academia de mi pueblo»

Retomando aquello de «no es lo mismo la raza que la especie», con el lenguaje ocurre lo mismo. No solo sería diferente el acento, sino que el propio uso de la lengua o del lenguaje sería distinto. Una especie de aves evolucionadas e inteligentes no podría pronunciar palabras humanas, y viceversa. Un hombre cocodrilo con una boca atestada de dientes tampoco podría tener un léxico idéntico al nuestro. No es como en las películas de Disney, donde los animales abren la boca y se ponen a hablar así sin más. No funciona de esa manera.

Cada especie diseñaría su propio sistema de comunicación, en base a su propia fisionomía y naturaleza: una especie de hombres pájaro podría comunicarse mediante un código que mezclase sonidos, gestos y la exhibición de su plumaje; una especie anfibia diseñaría un lenguaje que pudiese llevarse a cabo bajo agua; mientras que seres carentes de sistema vocal y auditivo se buscarían vías de comunicación alternativas que no tuviesen nada que ver con el sonido, como la telepatía.

Dicho todo esto, ahora entenderás por qué me resulta tan raro ver a un tritón hablar perfecto castellano. Señor escritor incoherente: ¡Viven debajo del agua! ¿Cómo narices van a hablar nuestro idioma?

5. En la Edad Media no existían dentistas ni esteticistas

La mayoría de novelas de fantasía se desarrollan en un mundo arcaico, generalmente medieval. Aunque esto no es una característica exclusiva del género fantástico, sí que es una característica habitual. Sin embargo, muchos autores, incluidos de renombre, parecen no tener en cuenta las condiciones en las que se vivía en pleno medievo. Es como si usásemos únicamente aquellos aspectos positivos del mundo y obviásemos los negativos. Otro de los errores más frecuentes al ambientar tu mundo de fantasía es exactamente esto.

La higiene en la Edad Media era algo anecdótico. Incluso entre la nobleza era habitual eso de no bañarse. No eran pocas las personas que tomaban uno o dos baños al año y se quedaban tan panchos. Las hermosas doncellas de la corte solían colocarse trampas para los piojos y chinches en sus recargados peinados, para evitar que les picase la cabeza.

No existían los dentistas. Lo más parecido a un dentista era un señor que te arrancaba una muela y te aplastaba la caries con un hierro fundido. Las bocas de la gente eran un auténtico desbarajuste. No había nadie que conservase intactos todos los dientes.

En resumen: en la Edad Media, lo habitual era encontrar a gente sucia, con piojos y otros parásitos, mellados, de corta estatura, con calvas en la cabeza, con la piel maltratada, etc. Entonces, ¿de dónde sale ese reparto de Adonis y Afroditas de muchas historias fantásticas ambientadas en el medievo? Cabe destacar al clásico héroe, de cabello rubio recién lavado con el mejor champú y acondicionador del reino y una dentadura que ciega al reflejar los rayos del sol. Y cómo olvidar a la hermosa campesina, hija del molinero, que se ha gastado el impuesto del trigo en una clínica de depilación y en unos implantes dentales. Desgraciadamente, errores bastante frecuentes en la fantasía.

Vale, entiendo que a nadie le gusta que sus héroes y heroínas sean feos, maltrechos y calvos. Es comprensible querer resaltar los aspectos más positivos del héroe y disimular los negativos. ¿Pero es necesario que todo el mundo sea tan apuesto y perfumado? Fíjate en Juego de tronos, de George R. R. Martin, de corte medieval, en donde no describía un mundo de color de rosa precisamente.

6. Armas y armaduras de gomaespuma

Topicazo de fantasía y raro es el formato donde no se presenta: las armas y armaduras parecen estar hechas de 100% algodón. En la Edad Media, un caballero con armadura completa necesitaba una grúa (sí, una grúa, literalmente) para subirse a su caballo. Sin embargo, en fantasía o en alguna que otra novela histórica mal documentada, el personaje con armadura se sube a su caballo de un bote, recorre el campo de batalla con espada bastarda en mano y corta cabezas con gran soltura, como el que sale en chanclas a podar el seto. Seamos realistas: por muy entrenado y curtido que estuviese, ningún caballero medieval era capaz de esgrimir holgadamente una espada bastarda con una sola mano mientras iba embutido en acero y a caballo.

¡No veas cómo pesa esto!

Como autor, no ignores el peso de armas y armaduras. Recuerda de qué material eran forjadas y el esfuerzo que supone el simple hecho de levantarlas.

Recapitulando, si quieres que tu novela de fantasía sea un desastre total, haz lo siguiente: el villano es mitad vampiro y mitad hombre pez y también es inmortal. Pero el héroe, un elfo, con la ayuda de su mejor amigo, el hombre conejo, logran derrotarlo gracias a la espada mágica que solo mata a aquellos que son mitad vampiro y mitad hombre pez. Victorioso, el héroe se casa con la princesa del reino, humana y supermodelo. Al cabo de nueve meses, tienen hijos semielfos y todos son felices y comen hombres perdices. O sea que, haznos un favor y no cometas estos errores escribiendo fantasía o te caerá una maldición imperdonable.

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Comentarios (38)

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Hola, Alex.

Un buen artículo, resaltando esos tópicos que tanto pueblan la fantasía (y ni que hablar, cuando se trata de fantasía épica). El punto de las razas dominantes y el idioma me parecen los más acertados; no hay forma de que una garganta no humana pueda hablar nuestro idioma con la misma fluidez.

Quisiera remarcar sin embargo, dos detalles de los últimos apartados. Sobre el baño en la edad media, si bien es cierto que la gente no era precisamente de lo más limpia, el ritual de bañarse dos veces por año, pertenecía a los cristianos. La gente se bañaba lo menos posible por dos razones: el cuerpo desnudo incitaba al pecado (no hace falta decir más), y el baño era un símbolo de lavar los pecados de la tierra, cosa que debería de pertenecer solo a Dios. Por ello, la gente evitaba bañarse, para no llevar a cabo ellos mismos la limpieza espiritual de su cuerpo.
En otras culturas, por ejemplo: los vikingos solían lavarse todos los días, y cuidaban mucho de su aseo, aunque el baño, como lo conocemos hoy día, se hacía una vez por semana. Por esta razón, los musulmanes los describieron como unos bárbaros pestilentes. Hay que considerar, que en los países islamitas, la gente se lavaba antes de cada rezo diario (esto era, unas cinco veces al día). No imagino que pensarían los musulmanes de los cristianos…

Sobre las armaduras, es cierto que el arnés (la armadura completa) pesaba unos 30 kg y no era fácil subir al caballo, pero el detalle de la grúa, corregime por favor si estoy equivocado, me parece haber leído que vino dado por el cine. El arnés, como detalle adicional, es más propio del renacimiento que la edad media.
Y sobre la espada bastarda o de mano y media, si estaba forjada en acerco, pesaba alrededor de 1kg 200gr, y 1kg 700gr si era en hierro. Esto permitía manejarla con soltura en manos entrenadas, aunque obviamente se reduce la posibilidad si se está vistiendo un arnés. Para ello, la armadura distribuía el peso por todo el cuerpo, pero mayormente sobre los hombros y las pantorrillas, al ser los lugares con mayor masa muscular.

Perdón si sonó algo prepotente el comentario. Nuevamente, ¡muy buen artículo!
Saludos.

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Hola Agustín,

Muchas gracias por ese pedazo de comentario. ¡He aprendido un montón!

Es cierto todo lo que dices, he generalizado mucho sobre la higiene y el peso de las armas. Ten en cuenta que hablo de espadas bastardas, la típica que sale en las películas empuñándose con una sola mano. Esas suelen pesar dos kilos y se usan con ambas manos, por eso se llaman «de mano y media». Una ropera sí que pesaría 200gr como bien dices. También depende del material y del propio herrero.

No te preocupes, que no sonó prepotente. Generalicé demasiado, lo admito. Y me alegro de que maticéis, porque así aprendos cosas de temas que me apasionan.

¡Un saludo!

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Jajaja! Me agradó bastante el punto de los idiomas. Aunque debo admitir que me agobia la idea de crear un idioma para cada región de mi planeta );. Aún con ello, siento que debo tomar más en cuenta, por lo menos, los modismos y las especulaciones únicas de cada zona.
Gracias por el post!
Realmente me están sirviendo mucho tus blogs’ para mejorar como escritor 😛

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No es necesario inventar una lengua, simplemente basta con decir que «esa criatura se comunica en una lengua distinta» o «emite sonidos incomprensibles». Es una forma elegante de decir que posee un lenguaje distinto, sin la necesidad de retratar esos caracteres en un diálogo.

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Ya veo. Además de ello… ¿Crees que sería prudente usar, tanto en escritura como en lenguaje, el castellano? La cuestión es porque se trata de otro planeta!

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No hay ningún problema en usar el castellano para todas las lenguas de otros mundos, el problema no es ese. La auténtica metedura de pata es interpretar que todos hablan el mismo idioma, aún siendo de especies distintas. Puedes terminar la primera frase de diálogo con un «-dijo, con un oxidado acento cenobita.», remarcando que está hablando con un fuerte acento que delata su origen alienígena o simplemente dices que habla en otro idioma. No tienes que inventar idiomas, ni palabras raras, ni un alfabeto, te basta con dejarle claro al lector que el personaje no está hablando en castellano. Lo inadmisible es que todos en ese mundo sean políglotas y tengan un perfecto dominio de todas las lenguas del universo.

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Que alivio leer eso. Aunque me sigo sintiendo algo tonto ya que en mi novela suelo decir que, en sus orígenes, todos hablaban una misma lengua antes de esparcirse por el resto del planeta, lo que ha conllevado que todos hablen la lengua «madre» y, en algunos casos, han creado pequeños dialectos para su uso personal en cada zona por más adyacente que se encuentren entre ellas. Si pongo mucha historia sobre ésta razón, crees que sería correcto?

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Depende. Casi toda Europa comparte el latín como lengua madre, pero hoy nadie habla latín. Si en tu mundo han pasado miles de años y esa raza se ha esparcido por el mundo, lo normal sería que hablasen idiomas distintos, pero con una misma raíz. Pero no es el mismo idioma, porque la lengua también evoluciona con el paso de las eras. Piensa que solo en Europa hubo varios grupos lingüístico y había grupos de lenguas germánicas, anglosajonas, románicas y eslavas. Y Europa, en realidad, no es tan grande. Sería absurdo y algo cómico que todos hablasen el mismo idioma durante millones de años. Imagínate a un español que se cruza con un finlandés y se ponen los dos a hablar en latín xD

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Entonces tendré que adentrarme más en los dialectos u.,u La verdad es que tengo más de 10 años escribiendo esta novela y apenas comienzo a pulir todos los detalles de cada aspecto posible. Pero tienes razón, sería algo incongruente aunque en mi planeta la vida es relativamente joven (1,500 años) Pero la raza dominante es, en ocasiones, algo compleja y diferente. Ya que ellos cambian dependiendo la región y los alimentos que coman, pero hay cosas muy similares al planeta tierra y otras que para nada. Aún así intento darle un orden a cada parte y ahorita tengo unas 8 naciones creadas y unas 6 aldeas…. y sinceramente crearles un dialecto único a cada uno me haría llorar. Pero es un problema que siempre lo he dejado para «Luego» pero que sé que tengo que ponerle sus buenas horas DX

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Cómo se llama tu saga, Onaeco?

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¡Hola! Un comentario: las bocas de la gente del medievo no eran un pozo de putrefacción como se cree. Debido a que la gente del pueblo llano comía poca o ninguna carne y que no se consumía azúcar, la incidencia de caries era bastante menor. Lo que sí les ocurría era que los dientes se les desgastaban más que los nuestros y eran susceptibles a roturas debido a que los cereales y las legumbres no estaban tan limpios como ahora. Nuestras abuelas tenían que separar las alubias de las chinitas que se hubieran podido colar en la mesa de la cocina. Ellos parecido, y no siempre había suerte.

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Has sido tan descriptivo que me han dolido los dientes al leerte xD Encontrarse con una china en la boca, uff… qué dolor.

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Me ha encantado el artículo. Ya es hora de que se empiecen a decir las verdades que duelen. Los estándares de calidad de la literatura fantástica están últimamente por los suelos. Esto ya se está volviendo intolerable.

Solamente estoy en desacuerdo con el último punto. Te recomiendo que busques el grupo de investigación HEMA (Historical European Martial Arts), que tienen varios artículos y videos sobre la materia. Son muy ilustrativos y ayudan mucho a eliminar tópicos y mitos de la lucha tradicional con armas. Entre otras cosas, estudian los manuales y tratados de guerra y artes marciales de la edad media y el renacimiento y colaboran con grupos de herrería y metalurgia de gran prestigio como Albion para recrear espadas, armaduras y armas antiguas basadas en piezas originales de museo que puedan dar una idea de cómo era la guerra en aquellos tiempos. ¡Un saludo!

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Wow, eso que mencionas de la HEMA suena genial. Le echaré un vistazo, seguro que aprendo un montón y a mí esos temas me encantan.

¡Un saludo y gracias por tu comentario!

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Yo creo que uno de los errores principales al escribir Fantasía es agregar razas sin sentido, como poner en tu mundo elfos porque si, sin fundamentación ni explicacion de porque existen y porque estan en ese lugar.

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A veces ocurre que no puedes darle la explicación a todo apenas sale en tu relato, se corre el riesgo de saturar al lector con explicar porque existen elfos en tu mundo, porque existen enanos, porque existen Irdas, etc… cuando puedes poner atisbos aquí y allá que narran el panteón de Dioses de tu mundo, y explicar de manera ambigua que tal Dios creo tal raza, sin embargo este tipo de información se suele dar ya muy adentrado en la obra.

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Álex deberías hacer un artículo así también para la ciencia ficción y para el retrofuturismo sería interesante leerlos

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Hola, quisiera saber si tienes una entrada sobre ciudades/pueblos/villas ficticias cómo Macondo de Garcia Márquez, o Santa Maria de Onetti. Saludos.

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¿Te refieres a cómo crear lugares ficticios como ambientación? No tengo nada así, pero es una gran idea para futuros posts.

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Estoy de acuerdo, es un buen artículo. Ya sólo lo sería con el mero apunte de que sirve para llamar la atención de los escritores noveles para que cuiden y se fijen en esos detalles que pueden pasar desapercibidos a la hora de crear una historia, pero tal vez no lo hagan para muchos lectores habituados a leer historias de ese género.

Sí estoy en desacuerdo con una afirmación, esta: «Una persona asiática y una caucásica son de razas distintas, pero si hablamos de elfos, orcos, duendes, gnomos, hadas… estamos hablando de especies».
De acuerdo con la segunda parte de la frase, elfos, orcos, duendes, etc, son especies diferentes entre sí. Pero ni mucho menos un asiático y un caucásico son de «razas distintas». Aún existe controversia sobre el uso de este término, y en el lenguaje coloquial se sigue empleando, pero desde un punto de vista científico (y en el artículo se cita a Darwin, luego alguna importancia tendrá este enfoque) se considera de manera mayoritaria que todos los seres humanos descendemos de un mismo tronco común, pertenecemos a la misma especie (como, de hecho, se afirma en el propio artículo justo en el párrafo siguiente), y las diferencias fenotípicas que podemos observar se deben no a diferencias «raciales», sino «étnicas» o «poblacionales». Sería, pues, más apropiado hablar de «etnias» o de «poblaciones» en lugar de «razas» si se quiere resaltar esos rasgos que diferencian a unos seres humanos de otros.

Dicho esto, me reafirmo en que me ha gustado tanto el artículo como los comentarios que han ido aportando apreciaciones y/o puntualizaciones al mismo.

Un saludo.

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Álex.
Es la primera vez que paso por aquí. Tu artículo me pareció muy interesante, en especial porque he escrito un micro cuento que incluye elfos, vampiros, y una heroina semieflo salva al mundo; pero estoy convencida de que es una historia genial ¿Podrías por favor leerla? Tiene la duración de una plana. Ahora estoy en periodo de investigación para mejorarla y hacerla manga (comic japonés). Te ruego que la leas y me des tu opinión. Está en el link de wattpad que agregué al comentar; se llama «Siberia».
Muchas gracias por los tips en tu blog; para mí, que soy «la novata» del mundo literario, es una ayuda tremenda.
Saludos.

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Me ha gustado el artículo, a veces nos dejamos llevar por tópicos y cometemos errores.

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He leido tu artículo y me ha sorprendido agradablemente.

Algunos de los errores que citas en concreto ya los había visto por mi cuenta y me desesperaba ver que nadie mas parecía haber caído en eso.

Por ejemplo, lo del «lenguaje universal»: nosotros somos, supuestamente, mas avanzados (dudo que los orcos del Señor de los Anillos hubieran sido capaces de construir un dispositivo nuclear capaz de destruir la Tierra), tenemos la ventaja de las comunicaciones mundiales… y hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo en usar el mismo idioma. Si, se usa el inglés para el comercio internacional, pero no es la única lengua poderosa e importante.

Otro ejemplo que personalmente me ataca: la magia como sinónimo de estancamiento cultural.
O debería decir el empeño de prácticamente todos los escritores en que, como existe la magia, ¿para que inventar cosas? ¡La tecnología del año 476 es mas que suficiente para nosotros! Eso si, como a alguien se le ocurra inventar algo más avanzado que una ballesta, allá van corriendo todos los magos a eliminar al inventor, asesinarlos a el y a su familia, y destruir su invento para que «no se convierta en una amenaza para el mundo».
Por supuesto, en ese tipo de historias, al final la magia acaba convirtiéndose en una Wunderwaffen: Un recurso del que solo disponen el protagonista, el villano y uno o dos personajes secundarios, pero que en vez de emplear para algo práctico (por ahí arriba mencionan el trigo lleno de chinas; ¿que pasa, que las aventadoras son contrarias a los dioses de la magia o que?), la emplean exclusivamente para pelearse entre ellos y obligar a los no-magos a mantener la cabeza baja y dejarse gobernar por magos con el desarrollo personal de niños de diez años.

Personalmente creo que eso es limitar muchísimo el campo de acción de las historias: por lo que he visto, o tienes mundos donde existe la magia y la tecnología es del siglo IV o la tecnología es superior y la magia no existe o se está muriendo. Naturalmente, es una «herejía» tratar de combinar magia y tecnología en el mismo mundo.

Respecto a lo de las razas, es cierto que yo fui metiendo diversas razas, pero no me limité a eso. Había divisiones entre ellas, igual que entre los humanos. Me hartó ver que por ejemplo los elfos actuaban en bloques monolóticos en los que todos y cada uno de los elfos del universo opinan lo mismo sobre temas concretos. Parecía que los humanos eran los únicos lo bastante estúpidos como para guerrear entre si, y que todas las demás razas siempre eran capaces de hacer piña frente a cualquier amenaza (lease el Señor Oscuro de turno o los humanos) y luchar como un solo individuo.

Lo de la inmortalidad lo solucioné por las malas: NO HAY inmortalidad. Oh, si, puedes prolongar tu vida, pero a la larga te acabarás muriendo. De eso no hay manera de escapar.

Sobre lo del baño y el cuidado dental, como han dicho, va por épocas y culturas, de modo que tampoco es absoluto. Una sociedad algo mas avanzada que la fantasía medieval promedio debería ser capaz de solucionar esas cosas (en mi caso escogí una ambientación similar a 1800 con todo lo que implica a nivel tecnológico y cultural porque estaba harto de fantasías medievales)

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Hola. El artículo también me ha parecido bueno y muy claro. Sin embargo, me gustaría hacer una aclaración. En teoría literaria, fantástico no es lo mismo que fantasía. Tienen rasgos en común, sí, pero son muy distintos. Lo fantástico tiene que ver con lo que se dice al principio del artículo: lo extraño, lo desconocido, la irrupción de lo insólito. La fantasía no cuenta con este efecto disruptivo de lo sorprendente. En la fantasía existen reglas muy claras que se establecen de manera firme y no se transgreden. Todo funciona según estas reglas, porque si no el texto pierde coherencia y, sobre todo, verosimilitud. Sin embargo, en lo fantástico, aunque también deben establecerse ciertas reglas que determinen cómo funciona el mundo de la narración, lo que importa es que éstas sean vulneradas, que se quebranten. De este modo busca conseguirse ese efecto de angustia e inquietud tan propio del género. La fantasía de la que se habla en este artículo encajaría mucho mejor en lo que Todorov llama «lo maravilloso». La distinción entre «lo fantástico», «lo maravilloso» y «lo extraño» puede encontrarse en su libro «Introducción a la literatura fantástica», la obra que representó el primer acercamiento teórico serio al estudio sistemático de la literatura fantástica. Algunos autores contemporáneos que exponen muy bien las nuevas visiones que se tienen sobre lo fantástico son Ana María Morales, de México, y David Roas, de España. Si puedes darle una leída a la introducción de «Teorías de lo fantástico» de David Roas, creo que podría resultar muy, pero que muy esclarecedor.

En fin, espero que este comentario no parezca presuntuoso, no tiene ninguna intención de restarle valor al artículo, que, más allá del uso de esos términos, me pareció muy bien logrado.

Saludos.

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Me ha encantado tu forma de dar armas a escritores principiantes como yo. He escrito solo una novela ,de fantasía, sin embargo no me gustó mucho cuando la releí, ahora que la veo me da pena pensar que en algún momento la creí una obra maestra (creo que es algo común en los inicios de los escritores, o al menos eso creo yo) Este género me encanta, y la verdad es como dicen: tener una buena idea no es tener una buena historia, y tener una buena historia no garantiza escribir un buen relato. Sin embargo me he encariñado con esta historia, y estoy reescribiéndola, ahora con un par de años de humilde experiencia encima. Pero a pesar de tener fichas de mis personajes, y sentirme bien escribiendo sobre sus aventuras y peripecias, no logro percibir totalmente el «aliento de vida» en ellos. ¿Cómo logro profundizar mejor a mis personajes? Hacerlos más reales para el lector, dejar de hacerlos ver tan «bidimensionales» en sus diálogos. Gracias por tu ayuda.

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¿Por qué no pueden ser de la misma especie un troll y un elfo, por ejemplo? Quizá los trolls son producto de la selección artificial, donde los elfos más robustos y violentos eran escogidos para perpetuar una descendencia perfecta para la guerra. Es difícil establecer los límites de la evolución en un mundo de fantasía. ¿Dos criaturas no pueden ser de la misma especie porque son muy distintas físicamente? Un lobo no tiene nada que ver con un chihuaha, y sin embargo ambos son perros. Por el contrario, un zorro se parece bastante a algunas razas de perro, y no son la misma especie. ¿No es un poco pretencioso querer decirle al escritor cómo manejar el desarrollo de sus criaturas? Además, hay especies distintas que conviven en armonía en el mismo ecosistema. Mientras no quieran comerse las unas a las otras, todo irá bien. ¿Y si un orco no fuera violento, sino que prefiriera pasar las horas en una biblioteca? ¿Quién decide cómo han de ser las cosas?

Luego está lo del idioma. Coincido en que debe haber limitaciones fisiológicas, y que además enriquecería el mundo contar con dialectos, acentos distintos, etc. Peeeero ¿por qué descartar opciones interesantes? Un hombre-pájaro, por ejemplo, podría hablar más o menos como un humano. Imaginemos que es una especie -o una raza ;)- producto de una maldición echada a los cuervos de la reina Pepita. Los cuervos, al igual que los loros y otros pájaros, pueden imitar sonidos humanos.

Por último, estoy en gran desacuerdo respecto a lo de las armas de goma-espuma. Los caballeros medievales NO NECESITABAN UNA GRÚA para subirse al caballo, eso es un mito y un sinsentido. Imagínate, sería un suicidio que un caballero no pudiera volver a montar en caso de que fuera derribado en una batalla. ¿Por qué se ha extendido el mito de la grúa? Además de las películas, que han hecho mucho daño, está el tema de que algunas sillas de montar especialmente diseñadas para las justas tenían arzones muuuuy altos para que el jinete estuviese mejor asegurado. En estos casos, y solo en estos, el jinete podría necesitar una grúa además de la ayuda de sus pajes. Bueno, quizá si es minusválido también. Lo del peso de las armaduras es un mito, en realidad pesaban entre 25 y 30 kg, que no es gran cosa si se tiene en cuenta su diseño perfeccionado para que este se repartiera equitativamente por el cuerpo. Y lo mismo ocurre con las espadas. Una espada bastarda podía ser empuñada con una sola mano sin mucho problema. Estas armas pesaban alrededor de 1,5 kg, a veces menos, y su punto de gravedad caía cerca de la empuñadura para que resultara más cómodo manejarlas. Lo de que la espada del Cid pesaba 10 kg es caca de la vaca.

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Acerca del primer punto del articulo, sobre la inmortalidad de un personaje ¿Seria considerado un cliché crear un personaje con muchos años, pero que no los aparente y sea mortal? Siempre lo he pensado, ya que gracias a excepciones como cierto vampiro, este tipo de personajes se han vuelto bastante odiados y cliché sobre todo en el genero juvenil. Porque tener miles de años y no aparentar ni la mitad, es algo ilógico ¿Pero y si hubiera una justificación? Y por supuesto dandole la sabiduría que merece alguien que ha vivido tanto.

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Ser un villano inmortal no es un cliché. El cliché es ser inmortal y estúpido.

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En mi saga, un ser que sea inmortal es alguien que domina poderes sobrenaturales, o hace pactos con entidades de otros planos, haciendo que su cuerpo físico no se deteriore.

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A lo Dorian Gray ????

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Hola ya te han corregido temas como la higiene en la E.M y por supuesto el eterno mito de que los caballeros medievales no podían moverse un TOPICAZO histórico igual que existen los literarios.
En cuanto al término etnia es mas correcto que raza cuando hablamos de nosotros los humanos, solo hay una raza la humana, y está muy mezclado por eso el racismo es taaaan absurdo. Pero tienes razón en crear razas con sentido. La fantasía debe ser creible.
Me ha matado lo del B1 de orco en la academia de mi pueblo. Estoy por apuntarme jajaja

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Alex, hay muchos consejos buenísimos en este post, pero me parece que tienes muy arraigada la teoría de la evolución. Existen otras ideologías y teorías científicas que explican la existencia de la vida en la tierra. Cómo escritor, tengo la completa libertad de crear leyendas metafóricas que expliquen la aparición de cinco razas distintas. Por dar un ejemplo: «Antes de los tiempos había seis lunas y cuál huevo cinco se trizaron y dejaron caer razas distintas. En el sexto huevo no sabemos que habrá».
Podemos crear nuestra civilización de fantasía a partir de una creencia y no necesariamente de teorías científicas. Personalmente, creo en la creación divina. La evolución de las especies me parece una mala teoría.
En conclusión, no somos dueños de la verdad, por tanto no podemos enseñar cuál es el método o ideología más verosímil para dar vida a nuestro mundo literario. Una teoría no comprobada merece tanta duda como una leyenda o creencia. Creo que lo importante es dar ideologías a los personajes, que mueran por lo que creen, sea evolución o creación.
Un abrazo y gracias por el aporte.

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He podido reír a carcajadas como nunca al leer esta publicación mi hermano. Excelente el trabajo que haces, soy un musico digamos algo frustrado o, mejor dicho, estresado, confundido, cansado de la naturaleza humana. Había pensado empezar a escribir cualquier cosa que pasara por mi mente, en principio terror y suspenso, pues me apasiona este género literario, aunque confieso a esta altura y con cada post que leo no se que abordar, son tantos temas incluso hoy me dije, por qué no hacer algo sobre desamor, traición, es algo mas real quizás o de seguro centenares, miles, millones de personas de este planeta se identificarían sin parpadeo. Hace unos años ley toda una saga de libros sobre alienígenas, mejor eso a ver la miseria de la humanidad vuelta literatura.

Gracias por todos tus consejos, sigue adelante con tu página, lo has hecho excelente hasta el momento nada que despreciar. Espero algún día escribir algo realmente bueno que mostrar, sin duda alguna te lo mostraría para que me dieses tus criticas.

Saludos desde Venezuela.

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Estimado

muy buenos consejos,sin darme cuenta era muy notorio los errores que cometo al escribir, a partir de eso tomare como referencia la realidad para construir fantasía creíble, es mejor demorarse un poco mas y elaborar algo mejor. Gracias por el aporte me a ayudado muchisimo.

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