Into the Woods. La última gran pifia audiovisual de Rob Marshall, el director que defecó sobre la aceptable trilogía de Piratas del Caribe, trayéndonos Piratas del Caribe: en mareas misteriosas (sí, la peli esa de una sirena que se llama Sirenia). Rob no tuvo suficientes abucheos y por eso ha filmado esta película.
Decorados de cartón piedra. Una iluminación pésima; he visto peluquerías con una iluminación menos artificial. Y un guión que parece escrito por becarios fanboys de Meryl Streep. Todo enfocado a hacer que dicha actriz brille, a costa de un reparto con muy poca presencia. Y hablando del guión, no esperaba que Disney aprobase semejante bazofia. Los sinsentidos se suceden en una escena tras otra, creando coincidencias demasiado forzadas y acontecimientos tan inesperados como innecesarios. Todo para que al final dejen varios hilos sueltos. Y los que no quedan sueltos se convierten en harapos.
Y eso no es todo, el film cuenta con un vestuario y maquillaje demasiado discordante con el escenario. Había escenas que parecía que estaba viendo un anuncio de colonia; una chica preciosa con un vestido impoluto y kilos de maquillaje corriendo por un bosque que no deja mancha. Incoherencia en estado puro. Una visión que te recuerda que estás en el cine viendo una película, no vaya a ser que te descuides y te sumerjas en su trama barata.
Pero no me voy sin mencionar la aparición estelar y breve (cosa que se agradece) de Johnny Depp en el papel de Johnny Depp con traje estrafalario. Traje que por cierto podrían haberse currado un poco más. Tenía detalles, como las manos lupinas, que parecían sacadas del catálogo de una tienda de disfraces de barrio. Y su actuación, más cerca de parecer un pedófilo que un lobo, deja mucho que desear. Querido Rob, disfrazar a Sweeney Todd de lobo para tu película musical no fue una buena idea.
Lo Mejor: La actuación de Meryl Streep y alguna que otra canción pegadiza.
Lo Peor: Todo en general. Into the Woods funciona como musical, pero NO como película.