Inteligencia Narrativa

La Teoría de los Cuchillos: escritores sádicos y personajes profundos

25/05/2020

La Teoría de los Cuchillos

No importa si escribes cómics, novelas o videojuegos; esta teoría (¡sacada de Dungeons & Dragons!) puede ayudarte a crear personajes multidimensionales, carismáticos, profundos e inolvidables.

En Reddit, un jugador de Dungeons & Dragons compartió un concepto de diseño de personajes casero llamado «The Knife Theory» (la Teoría de los Cuchillos). El post arrasó, generando miles de reacciones y comentarios muy positivos, validando la teoría.

Dicha teoría sostiene que, al escribir el trasfondo de un personaje, es importante incluir una cierta cantidad de «cuchillos».

Un cuchillo es un asunto sin resolver, un recuerdo doloroso, un sueño frustrado, un rival incansable, una expareja resentida, un amigo perdido, una fobia, una tara, una adicción inconfesable…

Pero un cuchillo no tiene por qué ser siempre algo aparentemente negativo. Un cuchillo puede ser un familiar muy querido, una mascota, un buen amigo, un intenso sentido del deber o de la justicia… Son las clásicas herramientas que un villano utilizaría en tu contra, convirtiéndolas en debilidades.

En el contexto de una partida de rol, los cuchillos son esencialmente cualquier cosa que el Dungeon Master (el director de la partida de rol) pueda usar para aumentar los riesgos de una situación para tu personaje. Cualquier cosa que pueda hacer que un conflicto sea personal; como un ser querido amenazado o la aparición de un enemigo del pasado. Se llaman «cuchillos» porque son amenazas, recursos que los jugadores forjan con amor y los presentan ante el Dungeon Master para que éste pueda usarlos para apuñalar a sus personajes.

Si nunca has participado en un juego de rol, esto último te sonará raro. ¿Por qué iba alguien a querer que apuñalasen a su personaje? ¿No es una conducta autodestructiva y masoquista?

Un personaje que no sufre, ni tiene debilidades, no es un buen personaje

Tanto en una partida de rol, como en una historia, tienen que ocurrir «cosas malas». Por ejemplo, en una comedia romántica; una ruptura, un desamor, una discusión… En un thriller policíaco tiene que haber asesinatos, traiciones, mentiras… En una película de acción tiene que haber persecuciones, explosiones, tiroteos, delitos y criminales a los que atrapar.

¿Te imaginas una historia de amor donde nadie llora por amor? ¿O una historia de policías donde nunca hay asesinatos ni crímenes? ¿Y una historia de acción sin motivos para romper una ventana o pisar el acelerador?

Si no hay conflicto no hay historia. Es así. Tal cual. Los conflictos son la base, el arranque y el propósito de cualquier narración. Por otro lado, si los personajes son perfectos y no tienen debilidades, ni rasgos negativos… se vuelven planos y aburridos (como ocurre con las Mary Sue).

Cuantos más cuchillos tenga un personaje, más fácil será para el escritor darle valor al trasfondo y que éste repercuta en la trama. ¡Por eso es tan importante tener cuchillos!

Elige bien tus cuchillos

  • Cada otro personaje que le importe al personaje en cuestión, vivo o muerto (es decir, su padre, un hermano, cónyuge, hijo, amigo de la infancia…): +1 cuchillo
  • Una familia entera se puede agrupar en un gran cuchillo.
  • Cada fobia o trauma que experimenta o ha experimentado el personaje: +1 cuchillo
  • Cada misterio sin resolver en la vida del personaje (padres desconocidos, experiencias inconfesables, poderes inexplicables): +1 cuchillo
  • Cada enemigo o rival del personaje: +1 cuchillo
  • Cada obligación o lealtad del personaje: +1 cuchillo
  • Además, cada obligación o tarea donde el personaje ha fracasado: +1 cuchillo
  • Cada delito grave que ha cometido (asesinato, robo, incendio provocado): +1 cuchillo
  • Alternativamente, si el personaje es un criminal consagrado (jefe de una mafia, ladrón famoso, asesino a sueldo), todos esos crímenes pueden agruparse bajo un único cuchillo grande.
  • Cada objeto al que el personaje tiene un aprecio especial: +1 cuchillo
  • Cada secreto que el personaje oculta: +1 cuchillo

Cualquier elemento del trasfondo que podría usarse contra ese personaje, se considera un cuchillo. Un narrador experto usará esos cuchillos para amenazar al personaje y hacer que se implique aún más en la historia. Además, también existe la posibilidad de romper los cuchillos en cuchillos más pequeños y afilados. O, por el contrario; agrupar los cuchillos pequeños en un gran cuchillo, o los cuchillos de diferentes personajes en un solo cuchillo gigante.

En el fondo, todos los escritores somos un poco masoquistas. Así que, cuantos más cuchillos, más gratificante será la historia. Y si no que se lo pregunten George R. R. Martin y su saga Canción de Hielo y Fuego, donde hay montones de cuchillos (tanto literales como metafóricos) y con ellos talla una historia increíble y apasionante, colmada de personajes vívidos y profundos.

Cuchillos de calidad, antes que en cantidad

Ojo, esto tampoco se trata de convertir a todos tus personajes en Julio César. Tener doscientos cuchillos amenazantes no lo hará un mejor personaje si no están puestos ahí con una intención lógica y coherente con la historia que quieres contar.

No tiene sentido añadir debilidades porque sí, que ni siquiera son coherentes con el personaje. Los cuchillos nacen de un trasfondo, no al revés.

Siete cuchillos por personaje es un buen número de cuchillos. Quince, demasiados. Menos cuchillos presentes en el trasfondo se correlacionan con menos consecuencias directas para el personaje dentro de la historia. Pero con demasiados cuchillos, el personaje se convierte en una amalgama gafe de defectos y desgracias.

Como consejo extra, también es importante variar el tipo de cuchillos que tiene un mismo personaje. Todos los cuchillos no deberían de ser miembros de la familia, ni deberían de ser crímenes que haya cometido en el pasado. Eso hace del personaje un arquetipo unidimensional, regido por una misma temática. Parte de la diversión de crear cuchillos nuevos e interesantes que podrían generar sorpresas divertidas en el juego.

Por supuesto, esta Teoría de los Cuchillos no es una ley exacta. Pero es muy divertido pensar y rebuscar posibles cuchillos para darle sabor al personaje y buscar mil y una formas de ponerlo en un aprieto.

Aunque esta Teoría de los Cuchillos comenzó con Dungeons & Dragons, es válida para cualquier tipo de narración. Los personajes son personajes, ya estén en una novela, una obra de teatro, una película, un videojuego o una mesa de rol.

Dime, ¿vas a aplicar esta Teoría con tus personajes? ¿Cuál es tu cuchillo favorito?

Deja que salpique la sangre en los comentarios.