Una de las mayores presiones de caminar bajo el estandarte de “soy escritor” es que mucha gente piensa que los escritores son diccionarios gramaticales y ortográficos con patas. Pero es absurdo pensar que un escritor, o un filólogo, no se pueda equivocar. Tan absurdo como pensar que un médico conoce de memoria cada medicamento, enfermedad y tratamiento. O que un biólogo puede deletrear todos y cada uno de los nombres científicos de todas las especies animales y vegetales de la Tierra.
Errores comunes en castellano.
Y es que hay errores que todos cometemos, tanto quienes están familiarizados con la ortografía y la gramática como quienes no. A continuación se presentan seis errores comunes en castellano que, probablemente, hayas cometido en más de una ocasión. Pero no hay que alarmarse, el castellano es uno de los idiomas más complicados del mundo y su dominio no es algo fácil, ni siquiera para un nativo. Y aunque la lista de errores comunes en castellano es inmensa, al menos estos seis seguro que no los vuelves a cometer.
Ven aquí o acá.
Muy a menudo se sospecha que acá es incorrecto y debe decirse aquí en su lugar. Lo cierto es que ambas formas son válidas. La única diferencia es que aquí es más específico, mientras que acá es menos preciso y admite más grados de comparación (más acá, muy acá), formulación que no permite el aquí. No obstante esto puede generar confusión, por lo que la mejor forma para distinguir ambas formas es considerando el acá como un indicativo de dirección y el aquí como un indicativo de ubicación.
Quizá o quizás.
Ambas formas son correctas. Así de simple. Puede que en multitud de ocasiones hayas pensado que a quizá le faltaba una s y a quizás le sobraba una. Pero no, no es un fallo ortográfico, ambas formas están perfectamente aceptadas. Eso sí, son palabras agudas, por lo que ambas llevan tilde, con o sin s.
¿Iros o Idos?
Esta es difícil. La segunda persona del plural del imperativo del verbo irse es id. E idos es el imperativo de la forma pronominal irse. Dicho de un modo más sencillo: Iros no existe, en sustitución debe decirse ir. Todos somos conscientes de que idos suena horrible en comparación con iros, por eso se ha generalizado tanto el uso de iros. Sin embargo, que suene mejor no quiere decir que sea correcto. Iros es un error ortográfico, por mucho que nos duela reconocerlo.
A parte o Aparte.
Es fácil saber cuándo se debe poner aparte junto, ya que éste funciona tanto de adjetivo como de adverbio y como de sustantivo. Aparte puede usarse como sinónimo de diferente o singular, por ejemplo: «Eres un caso aparte». También puede utilizarse aparte en sustitución de en otro lugar.
Por otro lado, no es muy frecuente que la preposición a y el sustantivo parte coincidan como palabras independientes, pero puede ocurrir en diversos casos, por ejemplo: “Te estuve buscando de parte a parte de la estación.” Al funcionar parte como sustantivo el uso de aparte sería incorrecto en esta oración. Por lo tanto, tanto aparte como a parte son ambas aceptadas, siempre y cuando se usen correctamente según la semántica de la oración.
A gusto o Agusto.
Esta expresión, que indica comodidad, es muy traicionera, pues a veces nos puede parecer que es similar a aparte pero nada más lejos de la realidad. Agusto no existe como palabra, siempre se escribe a parte (y nunca mejor dicho). No se debe confundir con la estructura gramatical de a parte y aparte, ya que dicha relación no tiene nada que ver.
Los puntos suspensivos.
La inmensa mayoría de los castellano parlantes no utilizan correctamente los puntos suspensivos. En primer lugar, los puntos suspensivos son TRES puntos, ni más, ni menos. Añadir o restar puntos se considera un error ortográfico como otro cualquiera.
En cuanto al uso, abusar de los puntos suspensivos permite que estos pierdan su propósito. Su implicación más frecuente en una frase es a modo de pausa transitoria que expresa duda, vacilación, suspense o temor, atendiendo a que dentro de la propia frase debe quedar implícito de qué tipo de pausa estamos hablando. Es decir, qué intentamos expresar con esa pausa. Poner puntos suspensivos porque sí, simplemente para darle un halo de misterio al texto sin tener en cuenta el contexto, dará lugar a malas interpretaciones por parte de los lectores.
Se considera que los puntos suspensivos se han usado correctamente cuando su uso conlleva una de las siguientes aplicaciones: al finalizar una enumeración abierta; ante una intención enfática, por ejemplo “Ser… o no ser… Esa es la cuestión”; para evitar palabras mal sonantes, por ejemplo “¡Qué hijo de… está hecho!”; o para señalar una interrupción, cuando en un diálogo un personaje interrumpe al de otro.
La forma de evitar los errores comunes en castellano es conociéndolos, recordándolos y llevando a cabo su uso correcto. Debemos ser conscientes de la importancia de escribir correctamente. Del mismo modo que hay fórmulas gramaticales y ortográficas fáciles de recordar y aplicar, también las hay que son difíciles de adaptar. Y la mejor forma de dominar este tipo de reglas tan confusas no es memorizando un manual de Lengua, sino practicando día tras día hasta que las reglas formen parte de nuestra propia escritura. Así es como se aprende a escribir y así es como se mejora.