Cómo saber si una idea merece la pena

Todo empieza con una idea. No necesitas que tu idea sea algo genial y revolucionario, te basta y te sobra con el simple hecho de que a ti te guste. Y si compartes con alguien tu idea, y dice que no le gusta, no le des ninguna importancia. Infinidad de grandes ideas fueron rechazadas por la crítica en sus inicios y no fue hasta su fase final de desarrollo cuando éstas florecieron como grandes historias que encantaron y se hicieron inmortales en el recuerdo de sus lectores.

“Lo mío no es una poesía espontánea, que burbujea y sale por inspiración. Para mí, escribir es escuchar algo que no se presenta de una manera clara y ver cómo eso -hermoso o terrible- se puede convertir en lenguaje…Y eso viene de muy adentro, porque los dioses, los monstruos, los demonios, habitan en lo profundo, en uno está colocarlos, ponerlos en su puesto…” 

Hanni Ossott

Propiciando ideas

Es muy normal sentir frustración si tras mucho esfuerzo y dedicación ninguna idea decente sale a flote. En situaciones así te sentirás deprimido, impotente y desearás abandonar tu propósito. No te preocupes, ese sentimiento es normal. No eres ningún inútil por no tener grandes ideas, lo raro sería que tuvieses muchas ideas geniales en cortos periodos de tiempo. Las ideas son algo que valen más de lo que sospechamos, porque son de las pocas cosas que existen en el mundo que no se pueden producir en masa en una fábrica. Por eso son tan valiosas, porque nunca sabes cuando surgirán ni qué repercusión tendrán. Cuando J. K. Rowling tuvo la idea que dio pie a la saga de Harry Potter, ¿acaso alguien sospechaba lo más mínimo lo que esa simple idea iba a repercutir en el mundo entero? De un modo similar, aunque contrario, ha habido libros que se vaticinaron como un éxito en ventas, siendo más tarde un fracaso total. Es imposible saber si una idea será revolucionaria y cambiará el mundo o pasará desapercibida, nadie puede saber eso con total certeza. Lo único que podemos hacer nosotros, como escritores, es aprender a diferenciar las buenas ideas de las malas ideas. Así al menos las probabilidades de éxito aumentarán considerablemente. Es preferible seguir buscando nuevas ideas antes que perder el tiempo con una idea sin futuro.

Cómo saber con qué idea empezar a trabajar

Quizá tu problema no es que no tienes ideas, sino que tienes demasiadas y por consiguiente te cuesta discernir entre ellas cuales merecen la pena. O quizá has tenido una idea y estás barajando si desarrollarla y crear una historia en torno a ella, pero no sabes si es una idea que merece la pena. Hay varias formas de discriminar ideas:

Que no esté explotada. Hay conceptos y tópicos que se han explotado hasta la saciedad porque siempre han tenido una buena acogida. Muchas veces el tópico puede ayudarte a ganar lectores, pero estarás sacrificando tu calidad como escritor. Si ves que tu idea es poco original y ya se ha escrito mucho sobre el tema en cuestión, quizá deberías seguir buscando. No es imposible que una idea tópica dé lugar a una obra que se haga mundialmente famosa, pero será mucho más difícil que lograrlo con una idea totalmente novedosa.

Que te guste tu idea. Si la idea te parece genial, pero te da pereza solo de pensar en escribir un libro sobre ella, descártala. Aunque creas que tu idea comercialmente será la bomba, no te molestes en desarrollarla si no vas a disfrutar con ello. Si no estás curtido en esto de escribir libros, no es aconsejable empezar por algo que te desagrada.

Que sea sobre un tema que dominas. Aunque no es un factor decisivo, si es cierto que trabajar sobre una temática conocida es mucho más cómodo que hacerlo sobre un tema desconocido. Esto no quiere decir que no puedas escribir sobre algo que desconoces, ya que siempre puedes documentarte a fondo. De hecho, uno de los encantos de crear historias es aprender mientras te documentas.

Pero, ¿qué es para ti una buena idea? Es complicado. Aquí entramos en cuestiones de gustos y opiniones personales, pues lo que para mí puede ser una idea genial para otra persona puede ser una idea horrible, y viceversa. Por esto, la definición de «buena idea» debes imponértela tú mismo atendiendo a los puntos mencionados anteriormente.

Pero lo más importante es que tu idea te haga disfrutar, te apetezca escribir sobre ello y confíes en que tiene potencial, lo demás es aderezo.

22 comentarios en “Cómo saber si una idea merece la pena”

  1. Gracias por todos estos consejos. Son de gran ayuda cuando antes has escrito y por diversas circunstancias has dejado de hacerlo, influenciado por los problemas.
    Pero sabes que esa labor aún está en tu interior, es una necesidad, una gran vía de escape.
    Mi interior me dice que tarde o temprano lo retomaré, y leyendo todo cuanto expones me animo a ello.
    Ya falta menos. He de estar preparada.
    Hace poco he vuelto a leer algunos de mis cuentos. Son cuentos sencillos en los que siempre traté de reflejar un mensaje de paz o de reflexión de las cosas sencillas pero importantes en la vida. Y he de decir que yo misma soy la primera sorprendida sobre lo que escribí y que también son una fuente de fuerza y de autoestima.
    Creo que si llegara a publicarlos ofrecería una lectura sencilla, agradable, amena y algo muy importante que he leído en tus artículos: idea original.
    Seguiré leyéndote.
    Gracias.

      1. Gracias. Es una deducción interesante e inteligente. Un regalo, un legado. Y es así como lo siento, en ello plasmas parte de ti, de tu esencia.
        La verdad es que al leer tus palabras me animo aún más a escribir. Ahora me centro en un buen principio, un buen comienzo que sea la base y atracción para el lector.
        Tengo una novela sin publicar, donde expongo una buenísima y original idea. Un guionista con el que tengo un proyecto en común me ha aconsejado que vuelva a escribirla…..tal vez me lo replantee. Leyendo tus artículos se me viene el tema a la cabeza….por qué no?
        Un saludo.

  2. Mi problema más que las ideas, siempre tengo una libreta pequeña cerca o el bloc de notas del móvil, es el miedo.
    Eso me ha hecho tirarme hacia atrás en más de un inicio, o intento de, empezar a escribir algo. Hoy mismamente me ha vuelto a pasar. Hablando con un amigo se me ha ocurrido una interesante idea pero como siempre, mi cabeza comienza acelerarse demasiado y se pone enseguida a pensar: «Esto no va gustar al público», «es excesivamente fantasioso», «puedes cruzar sin darte cuenta la raya entre la verosímil y lo inverosimil», «un editor se reiría en tu cara si lo leyera», «como historiador que eres, lo que pretendes es demasiado fantástico»… Con lo cual así estoy, con una libreta llega de ideas, pero la moral por los suelos jajajaja!!!

    1. Un truco para combatir ese miedo es que escribas algo como si nunca lo fueses a hacer público. Es decir, te autoengañas y te dices a ti mismo que nadie más leerá ese texto. Cuando lo hayas terminado, sin pensártelo dos veces, como en un ataque de locura, lo compartes con todos tus amigos y familiares. Y que pase lo que tenga que pasar 😛

    2. Javier Valladolid Antoranz

      Lo bueno es que si es demasiado fantasiosa y a ti te gusta ¡Qué te quiten lo bailao! Lo otro, pues me enfrento a eso mismo.

  3. Consejos sencillo, eficaces y que en más de una ocasión nos hemos olvidado de ellos.

    ¡Que te guste la idea (esté explotada o no) es fundamental! Es necesario tener ese aliciente para no dejar de escribir, porque sino terminaremos cansándonos con rapidez. De hecho, considero (aunque es una apreciación mía) que, aunque es determinante si algo está muy explotado en ese momento, también depende el enfoque que quiera darle uno y que no sea la misma historia.

    No dejes de escribir 😛 Que me tienes de lector activo y cotilleando mucho ^^U

    1. Javier Valladolid Antoranz

      Efectivamente, el enfoque importa. Hace poco escribí un relato de fantasía épica que rompía con la mayoría de los tópicos. Los malos eran plantas y polvo naranja, el peligro mayor se asociaba con el día, un enano iba subido sobre una criatura gigante de fuego parecida a un caballo, un gigante, poseído por el polvo naranja les atacaba con una ballesta y con magia, dos campesinos tenían poderes complementarios, él inmune a las armas y ella inmune a la magia, y eran los únicos capaces de derrotar a las plantas asesinas y al polvo por otros veinte años, mientras el mago humano era el más normal. Como ves, el tema del relato corto está muy trillado; fantasía épica clásica, muy Tolkien, detener al mal con sus fuerzas oscuras y personajes de poca importancia en fuerza física pero que tienen algo que les convierte en el centro de la narración, magos y criaturas como antagonistas entre sí y a veces con otros magos. Pero el enfoque y los elementos pueden hacer que sea algo realmente distinto.

  4. Estupenda página, de verdad.
    Como leo un poco más arriba el primer obstáculo es el miedo; me uno al grupo.
    A ver si sacudimos los fantasmas del miedo y nos arriegasmos. Para ello esta página está llena de buen material y de buenos consejos….Pasar de la técnica al papel es otra cosa.
    Gracias Alex.

  5. ¡Muy buen artículo!

    Yo acabo de empezar a desarrollar una idea que llevaba planeando desde hace meses y la verdad es que cuesta arrancar. Sobre todo si sabes que es una idea a la que vas a dedicarle mucho tiempo. Pero es exactamente lo que dices, si la idea te gusta y te sientes cómodo escribiendo sobre ella, no hay nada mejor. Eso es lo principal para lanzarte de cabeza con esa idea.

    Otra cosa que se puede hacer y que he visto que a veces da resultado es apuntar todas las ideas en un bloc o algo parecido y dejarlas reposar. Quizás de primeras las ideas sueltas no te comuniquen demasiado, pero puede llegar el momento en el que unas dos o más de todas esas ideas apuntadas y formes una idea más amplia y mejorada que sea muy buena. Cuando sucede algo así es como hacer magia, jejeje.

    Me gusta mucho el blog, por cierto, sigue así. ¡Nos vemos! 😉

    1. ¡La idea de dejarlas reposar es buenísima! Siempre que no pierdas tus apuntes jajajaja. Me pasó que hice todo un mapa de una historia hace años con la relación entre cada personaje y cuando fui a buscarlo no conseguí ese archivo 🙁 peeeeero….. ¡Por obra y gracia de los dioses conseguí otro!, estaba dañado pero entendía lo que poco que decía.

      En fin, ahora tengo que buscar en mi cabeza la historia perdida y en eso estoy trabajando.

      A lo que voy, es que a pesar de haber perdido parte de la información siento que ahora estoy más preparada para escribir esta historia que en el momento que la anoté. Pienso que es importante escribir todo cuanto se nos ocurra, no sabemos qué idea puede volvernos a enamorar y hacer de ella una gran historia.

      Veamos qué tal me va.

      ¡Saludos!

  6. Yo bueno, yo escribo mm… unas historias, soy nada más principiante pero me encanta escribir. Los consejos que das simplemente me parecen perfectos para mi. Soy de las personas a las que se les viene muchas ideas pero no siempre se cual sera la correcta para desarrollar, ahora tengo un bloqueo y no he podido escribir por eso leer este tipo de consejos me ayuda bastante.

    Gracias por los consejos, seguiré leyendo 🙂

  7. Javier Valladolid Antoranz

    Son buenos consejos, aunque luego, en el mundo de la recepción, las cosas se complican por otros factores. Tengo tendencia a hacer obras que rompen moldes. En «Sergio Saverio» escribo un ensayo biografía ucrónica en el cual he tenido varios hijos en ese futuro y habla de mis obras más pequeñas y su relación con las más grandes allá por 2011 junto a la investigación biográfica hablando con amigos míos y demás. «El fin de Pantakakistos» es fantasía épica medieval rollo «dragones y mazmorras» con ecos de ciencia ficción, cien millones de años de imaginarium, un multiverso, algún sistema solar y la ausencia conceptual de la bondad en un mundo de malvados. «El Sueño Perdido, La ciudad de las vidas partidas» trataba de continuar el concepto de novela filosófica de «El mundo de Sofía» con la ciencia ficción en un mundo que recuerda más a Asimov, sin alienígenas, con algún anómalo creado en laboratorio, no queda claro si algún mutante con poderes, viajes por el tiempo, distopía, realidad virtual onírica y recuerdos. «El sueño en verso», re escritura de la anterior en verso, en 10 tomos, ampliando ese universo, con sincronicidades ficcionales incluidas y ucronía, junto a un narrador poco fiable respecto a su narratario, que da lugar a otra historia de la que no sabemos si guarda relación real con la historia marco del narrador. Relatos como «ODE», con un protagonista que es consciente de ser ficción y crea una situación de intertextualidad tratando de evitarla, o «El pedrusco», donde un álien trata de sobrevivir en una luna habitable y huye de otra especie de «Aliens» sin que el ser humano aparezca en ningún momento, o «Cronos diácronos», como continuación de «La última respuesta de Asimov» pero hablando de un viaje inspirado en «El universo en una cáscara de nuez» de Hawking y enlazándose con Nietzsche. Al final uno se topa con mucha gente que no entiende la idea que has tenido y que acaban con lo que llamaría «Síndrome Gamma»; referenciando a «Un mundo feliz», que están contentos de ser lo que son porque el sistema ha dejado que sea así y no quieren tratar de ser otra cosa. «El sueño en verso» se ha visto con problemas porque gana cuando uno trata de indagar, de entenderlo por completo, y el hecho de que sea en verso y no sea un clásico poemario ha ayudado a que no se le valore y cause recelo el meterse en su lectura. He hecho otras cosas que a la gente les cuesta. A veces hay gente que piensa «¡Guay!» pero muchas veces no es así.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.