Cuando creamos una obra literaria, tenemos derecho a usarla como nos plazca. No obstante, hemos de tener en cuenta que vamos a compartirla con el mundo, lo que hace que una parte escape de nuestro control. A menudo, muchos escritores noveles no registran su obra porque suponen que el proceso es complicado o, directamente, no saben a dónde tienen que acudir. Por suerte, hoy en día existen diferentes sistemas que nos permitirán registrar cualquier creación literaria o artística de un modo bastante sencillo y accesible. A lo largo de este artículo vamos a explicar los motivos por los que todo el mundo debería proteger su propiedad intelectual, y veremos algunos de los métodos de los que disponemos para lograrlo.
Por qué debemos proteger una obra literaria
Tanto si publicas una obra como si la compartes a través de la red, tu creación pasa a estar disponible para una audiencia amplia e incontrolable. Eso quiere decir que, si alguien decide hacer un mal uso de nuestra obra (compartirla sin permiso, plagiarla o atribuirse la autoría, por ejemplo) y esta no ha sido registrada, no contaremos con algunas herramientas fundamentales para protegernos. Registrar nuestra propiedad intelectual, pues, es el método más efectivo para poder hacer frente a esta clase de percances y, a su vez, tratar de obtener la compensación necesaria.
Existen diferentes tipos de derechos de autor. Así, según la modalidad escogida, se puede autorizar o prohibir la reproducción de la obra, su interpretación en público o su difusión a través de diferentes medios. Además, hay que tener en cuenta que los derechos de autor no solo cubrirán novelas o poemas, ya que también pueden emplearse para proteger obras cinematográficas, composiciones musicales, dibujos o esculturas.
Formas de proteger una obra literaria
En la actualidad, la existencia de internet ha democratizado las posibilidades de registrar y proteger cualquier obra literaria. Ahora contamos con más sistemas que nunca para blindar nuestras creaciones y podemos acceder a formas de registro alternativas.
Así, las formas de protección más comunes son las siguientes.
Inscribir la obra en el registro
Se trata de la forma de registro más tradicional y, aunque el registro principal es el controlado por el Ministerio de Cultura, existen órganos parecidos en diferentes comunidades autónomas. Según la ley, pues, los derechos inscritos corresponden únicamente al titular, a no ser que se demuestre lo contrario. La desventaja de este sistema, no obstante, es que no siempre da cobertura a ciertos procesos creativos online, pues su funcionamiento fue ideado antes de la llegada de internet.
Registrar la obra en Safe Creative
La red ha traído consigo otras formas de proteger las obras artísticas. Es por eso que, hoy en día, es posible obtener servicios de registro de la propiedad intelectual online en Safe Creative. Esta plataforma, de hecho, es capaz de crear pruebas de derechos de autor legalmente válidas en casi cualquier país y también facilita la posibilidad de declarar derechos con todo el abanico de licencias abiertas. Además, su funcionamiento online hace que todo esto se pueda lograr desde la comodidad del hogar.
Depósito notarial
Otra alternativa puede ser la realización de un depósito ante notario de la obra literaria. El acta notarial tampoco da fe de la autoría, como ocurre en cualquier registro, aunque jugará un papel importante si, en un futuro, se tiene que recurrir a un proceso judicial. No obstante, a la larga puede ser un sistema caro.